Desmontando a Kang es una de las muchas formas de definir lo que ayer me ocurrió. Es verdad que hay que respetar y saber convivir con todas las manifestaciones culturales o religiosas que nos rodean, es verdad. Pero también es cierto que se puede criticar (sin ofender) a todo ese bagaje que nos rodea y que, a veces, nos pretenden vender como "lo auténtico". Ayer fuimos a un bar al que yo solía ir en mi época moza, donde te ponían de beber por un puñao de monedas de veinte duros (todo a cien, pal que no se entere). La cosa es que se ha convertido en un bar... bueno, no se como llamarlo realmente.. es algo flamenco-taurino-semanasantero a más no poder... Os digo que con el flamenco me llevo bien, no me molesta, es decir, hasta en alguna de sus manifestaciones más puras no me desagrada. Pero con lo taurino y lo semanasantero no puedo.. Allí estaba yo rodeado de imaginería, de capotes, de trajes de luces y de fotos enmarcadas con mal gusto, donde aparecían aleatoriamente toros, gente toreando, gente montada a caballo, etc, etc... Después una actuación flamenca, donde cantaban más versiones del mundo pop (adecuadas a unos repetitivos acordes) que otra cosa, el típico repertorio vaya.
Y sí, alli estaba yo, todo (bueno, casi) el mundo cantando al son de la cantaora ¡¿, y a verlas venir... no estuvo mal de todas formas, me reí un montón, y sobre todo me acordé un montón de la cantidad de noches que allí, en aquel mismo sitio, me emborrachaba escuchando a nirvana, a metallica, a soundgarden, y en las paredes estaban kurt cobain, los offspring y los cure. Y las birras eran quintos de san miguel, y los chupitos eran de marcas irreproducibles, pero nos los bebíamos, que coño!!
Así me sentí ayer, desmontado...
Así me sentí ayer, desmontado...