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sábado, 23 de abril de 2011

I hate you but I love you

Efectivamente hay cosas con las que no podemos pasar pero, que a la vez, nos repugnan. Y, en estos casos, ¿qué hacer? Seguramente dejarnos llevar por la racionalidad humana y un poco por el instinto, y pensar que las cosas son porque son, y que se repiten una y otra vez. Últimamente se repiten muchas cosas en mi vida y eso hace que las vea como "normales", ante lo cual pienso que me estoy volviendo viejo. En cuanto las cosas, los hechos, las situaciones, nos dejan de sorprender y de conmover, es que nos estamos haciendo mayores, demasiado... y de eso pretendo escapar... si acaso escribiendo sobre ello pueda, quizás, coger unos segundos de ventaja.. vitales y suficientes para darle esquinazo al tiempo.. a las manecillas del reloj, al discurrir de los días, de las horas... como si nada. Y como si algo fuera a sorprendernos es como quiero estar, no de lo otra manera, no, de esa no, pero de la otra sí... I hate you but I love you... (talkin' about time...always the time...).

Kang.

2 comentarios:

Erad dijo...

Efectivamente: te estás haciendo viejo. Aprovecho para darte una mala noticia: tu pareja, tu familia, tus amigos y tus demás seres queridos se están haciendo viejos tambien. Te lo digo porque soy otro de los afectados por esa incom-botox-ble plaga llamada tiempo. Te recomiendo estar atento a los pequeños detalles (como esas cervecillas que tenemos pendientes). Un ejemplo: tras mi lesión (que demostró que el tiempo no sólo afecta a mis neuronas sino tambien a mis células) he descubierto el Diazepán. Y nos hemos hecho muy colegas. Lástima que me hayan escondido la caja al remitir los dolores. Estoy por volver a hacer de Nacho Duato bajo una canasta.

Yo y mis pensamientos dijo...

El tiempo no deja indiferente a nadie, pasa para todos, pero lo que no debemos dejar de hacer es sorprendernos, que la edad y el tiempo no nos haga pasotas debemos seguir adelante y seguir cumpliendo, pero también soñando y sorprendernos de esas cosas que para bien o para mal sucederán, y es que no debemos hacernos mayores y dejar de ser nosotros mismos.