Dos cosas que me molestan sobremanera son (por orden cronológico):
- mientras uno está estudiando tranquilamente en esa biblioteca de barrio, mientras uno intenta exprimir al máximo las pocas neuronas sanas que le quedan, mientras uno piensa que estudiando sabrá más (cuando sabemos que no es así), mientras, hay alguien sentado cerca de tí, escuchando música (igual que tú). La diferencia es que yo oigo mi música y la suya!!! Mientras yo tengo cuidao de no subir el volumen en demasía, es más, incluso lo pongo al mínimo mínimo, vaya, que se oyen las moscas, la otra persona en cuestión (hoy, una chica) tiene su música al volumen justo para que todos nos enteremos de sus gustos musicales. Y claro, nadie en la mesa tiene lo que hay que tener para decirle algo, advertirle de que está molestando a los demás y a sus tímpanos, por dioss!! Y yo, por supuesto, no iba a ser el valiente justiciero del día.. así que decido quitar mi música, sobre todo para no crear malentendidos y que nadie pensara que yo era el de la música estridente. y decido escuchar la suya en todo su esplendor.. nada! que no se da cuenta de que molesta. La persona de enfrente mía suspira y se refugia en sus tapones para los oídos.. muy astuta.. ha tardao pero se ha quitao de enmedio. Los de mi derecha se dedican a seguir el ritmo (o lo que sea) que se dejaba escuchar por los auriculares de la criatura, y yo, yo sólo soy capaz de fijar mi mirada en aquella persona, y concentrarme para mandarle mensajes subliminales.. pero nada.. no le aguanto la mirada ni a la primera... un cobarde militante, como diría Boris Gruschenko... En fin, allí los dejé, con el concierto en pleno clímax y con ganas de soltarle un cogotazo, pero nada... me fui por la puerta mascullando entre dientes, pero sólo eso, mascullando...
- mientras veo el baloncesto el de detrás se pone a gritar y repetir hasta la saciedad sloganes que se acaba de inventar, y piensa que tiene gracia, pero ninguno de sus amigos le sigue el juego (no te siguen, no!!). Lanza una especie de aullido plano, un ooooohhhh que se te mete en el sentido y no sale, un oooooohhhh desesperante que me enerva.. pero todavía no han declarado el silencio como norma de conducta allí...
- Conclusión: será que estoy educao de más, o será, definitivamente, que me doy cuenta de la existencia de la gente a mi alrededor, y que mis actos y sonidos, debido a la cercanía física, pueden molestarle e incluso cabrearle. ¡¿¡Será que cuando uno molesta no se da cuenta de que lo hace!?! Pues yo sí.. que vivimos en sociedad, no en la selva!!!
Kang (ciudadano al fin)
- mientras uno está estudiando tranquilamente en esa biblioteca de barrio, mientras uno intenta exprimir al máximo las pocas neuronas sanas que le quedan, mientras uno piensa que estudiando sabrá más (cuando sabemos que no es así), mientras, hay alguien sentado cerca de tí, escuchando música (igual que tú). La diferencia es que yo oigo mi música y la suya!!! Mientras yo tengo cuidao de no subir el volumen en demasía, es más, incluso lo pongo al mínimo mínimo, vaya, que se oyen las moscas, la otra persona en cuestión (hoy, una chica) tiene su música al volumen justo para que todos nos enteremos de sus gustos musicales. Y claro, nadie en la mesa tiene lo que hay que tener para decirle algo, advertirle de que está molestando a los demás y a sus tímpanos, por dioss!! Y yo, por supuesto, no iba a ser el valiente justiciero del día.. así que decido quitar mi música, sobre todo para no crear malentendidos y que nadie pensara que yo era el de la música estridente. y decido escuchar la suya en todo su esplendor.. nada! que no se da cuenta de que molesta. La persona de enfrente mía suspira y se refugia en sus tapones para los oídos.. muy astuta.. ha tardao pero se ha quitao de enmedio. Los de mi derecha se dedican a seguir el ritmo (o lo que sea) que se dejaba escuchar por los auriculares de la criatura, y yo, yo sólo soy capaz de fijar mi mirada en aquella persona, y concentrarme para mandarle mensajes subliminales.. pero nada.. no le aguanto la mirada ni a la primera... un cobarde militante, como diría Boris Gruschenko... En fin, allí los dejé, con el concierto en pleno clímax y con ganas de soltarle un cogotazo, pero nada... me fui por la puerta mascullando entre dientes, pero sólo eso, mascullando...
- mientras veo el baloncesto el de detrás se pone a gritar y repetir hasta la saciedad sloganes que se acaba de inventar, y piensa que tiene gracia, pero ninguno de sus amigos le sigue el juego (no te siguen, no!!). Lanza una especie de aullido plano, un ooooohhhh que se te mete en el sentido y no sale, un oooooohhhh desesperante que me enerva.. pero todavía no han declarado el silencio como norma de conducta allí...
- Conclusión: será que estoy educao de más, o será, definitivamente, que me doy cuenta de la existencia de la gente a mi alrededor, y que mis actos y sonidos, debido a la cercanía física, pueden molestarle e incluso cabrearle. ¡¿¡Será que cuando uno molesta no se da cuenta de que lo hace!?! Pues yo sí.. que vivimos en sociedad, no en la selva!!!
Kang (ciudadano al fin)
2 comentarios:
La próxima vez le pides a la chica que apague el mp3; ella te dirá que le sirve para relajarse y te mirará con cara de apestado. Entonces te aconsejo empezar a masturbarte bajo la mesa. Cuando te mire atónita dí que tú tambien tienes derecho a relajarte independientemente de que al de al lado le moleste. Y al del baloncesto sí que deberías darle un capón por él ademas del que te guardaste para la de la biblio.
A todos nos ha pasado alguna vez lo del "vecino" con el mp3...cuando me pasó a mi,,, la muchacha me miró y ella misma se percató de la situación, con la mirada bastó...supongo que la chica tendría un mínimo de educación y civismo.
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