Hacer las cosas sin esperar nada a cambio supone hoy en día un esfuerzo mastodóntico diría yo. Hacer las cosas sin esperar nada a cambio es complicado en los tiempos que corren. Todos esperamos algo de algo, algo por algo. No hacemos algo por nada. Queremos algo por algo. Una recompensa, un fin, un reconocimiento. Quizás, a lo mejor, sería mejor no esperar nada. Al no esperar nada, un simple gesto, una sonrisa, un sincero "gracias", nos bastará como acicate para seguir y no parar. Porque de eso se trata, de no parar. De no parar por nada del mundo, y de seguir viviendo sin más. De perder la cuenta de los días, de las tardes, de las mañanas, en definitiva de los momentos perdidos sin más... y no caer en la cuenta de lo que ocurre no ocurre porque sí, sino porque algo mueve a algo, y ese algo a su vez es movido por otra cosa y así sucesivamente hasta el primer soplo de vida que uno exhala al nacer...
Sin más me despido hasta otro momento perdido... buenas noches...
Sin más me despido hasta otro momento perdido... buenas noches...